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Cinco poemas de Byron Salas

salobre lugar de la lengua
es la noche y mineral es
su cualidad resistente al viento

–o a la otra lengua–

prueba insistente las superficies
buscando el secreto

un gesto curado
de llamarse discurso

no fisura
la cáscara mineral pero
la transparenta

hace posible
atisbar algo del secreto
su móvil

algo salobre que carga

como puntas de lanza

**

en su cuarto solía derretir los soldaditos de plástico
con la llama del encendedor

una lágrima de esas figuras flageladas
logró esa llaga en la carne del muslo:
ese miedo
a no ser más un secreto

escribió a escondidas
sobre las quemaduras
las llagas las erosiones del cuerpo

aprendió cómo hacerse material
dañino e inflamable que despiste

cómo no abandonar su condición ermitaña

**

conocería qué es temerse
o alejarse

si se tuviera a sí mismo como vigilante
y se notara dejando arena
a medida que hace
de cualquier cosa
una frase

¿cómo resolverá esos excesos?
¿qué gramática en qué espacio?

placer del trazo
derroche de tinta:
las penumbras llenas de
calamares

la espera perfecta
del cazador a oscuras:
Lezama Lima planea sobre esta frase
pez mirándome, sepulcro
¿desde dónde?

un impulso
un balbuceo
nunca sabría cómo limpiar su reguero de manchas

**

al beber las abejas movilizan la piedra del río
un tejido oscuro y brillante que ondula junto al agua
ver moverse la piedra y no el agua
hace crecer la resignación
el sometimiento al viento caliente
al paisaje erizado de girasoles

y entonces atravesamos la brecha testigos
de las abejas en su ablandar la materia
como si tallaran o escribieran en medio de la sequía

habrá de medirse su trabajo con el oído:
escuchar su manera de poner frente a frente dimensiones vivas

cosechar nuestro propio enjambre y llevar
las palabras a su tensión máxima
al brillo de la miel

**

un débil aguacero con sol dispersa las moscas
de las flores encarnadas
la tierra que el agua renueva es mi cuerpo
atado al patio salvaje que dejo ser

en el agua rezagada hay pequeños caracoles
y brotes de dulce fruta sobre endebles
sepulturas

una plegaria por la posibilidad de hacer
plegarias y que el miedo tome distancia:
se abre paso el gato del viento
entre mis margaritas

Poemas incluidos en Animales que el amor vuelve humo. © Editorial Pre-Textos, 2023. Todos los derechos reservados.