Samoa・Blog

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Este poema lo escribí sacudiendo granitos de arena de entre las páginas de mi libreta

Alguna vez escuché a un poeta decir
que en el fondo el sonido del mar
era lo más idéntico al llanto
de un recién nacido—

La madre se despega al niño de la teta
y lo pone en mis brazos rogando relevo.
Yo salgo por la puerta sucio de tiempo,
según la canción.

El niño me llora todo el trayecto
hasta la costa. Le enseño: este es el mar,
ahora duerme. Estas las piedras

con las que en otra vida hubiera llenado mis bolsillos
para entrar al agua y caminar hacia el horizonte.
Ese el horizonte.

Pero el niño no se duerme, y yo regreso a la casa
convencido de que estaría mejor con otro papá.
O con los perros ladrándole a las olas.
O con los caracoles.

Al día siguiente encuentro uno pequeñito
en el zapato. Cuando piso, me duele.