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Dos poemas de Guillermo Rebollo Gil

Dos poemas de Guillermo Rebollo Gil

Hoy cumplo 43 años

Me siento como Carlitos Colón
a su llegada al Coliseo Roberto Clemente en San Juan
al son

de “Soy Boricua”
de Bobby Valentín

para el combate estelar
de la cartelera especial
del día de Los Tres Santos Reyes

mil novecientos
ochenta y seis

contra el Iron Sheik
por el CAMPEONATO UNIVERSAL
de la World Wrestling Council.

Yo estaba próximo a cumplir siete años—

Descubrí que podía ver sangre
y no marearme.

El día que arrestaron a los presuntos asesinos de Héctor ‘Macho’ Camacho

A me llamó para decirme que mataron al Macho.
No me creyó cuando le dije que de su muerte van diez años.

En diez años nos mudamos de apartamento,
cambiamos de empleo dos tres cuatro veces
por cabeza, tuvimos un niño
al que no le dejaríamos ver ni medio asalto de boxeo.

Corrección:
ella tuvo un niño a las 12:19 de la noche
al cabo de un largo día una larga noche de verano.
Yo lo vi todo desde mi esquina hombro con hombro
con el anestesiólogo.

Hoy la portada del periódico es una cita de la mamá
del campeón muerto—
Me dieron la justicia.
Si esta fuera una clase en la universidad,
diría que los asesinos también tienen mamá.

Hoy mi mamá jugó con su nieto a las canicas.
No todo ha sido así de perfecto durante este tiempo.
Murió nuestro perro. Amigos nuestros murieron:
sobredosis, suicidio, corazón. Otros no están aquí ya.
Otros más dejaron de ser nuestros amigos.

No es una lista exhaustiva, es solo lo que viene
a mi mente en lo que baño al nene. En resumen:
nos hemos sentido solos juntos. Y nos hemos sentido solos
solos.
En diez años seguro hemos pasado una infinidad
más de cosas, pero estas dos sobretodo.

Fotografía de Johann Walter Bantz

Notas de un verano que se acaba

Sobre dos libros cortos releídos recientemente

© Samoa,